25 agosto 2017
La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) prevé la capacitación de tormentas en bastantes zonas del interior de España a lo largo del fin de semana. Si bien existe considerable inseguridad en lo que se refiere a la distribución de las precipitaciones, probablemente alcancen intensidad fuerte de forma local, pudiendo ir acompañadas de granizo y ráfagas de viento fuertes.
Ante tormentas eléctricas pare y, si no es posible, conduzca con calma
Conducir en plena tormenta es una labor a la que hay que dedicar singular atención y cuidado, mas la situación se agudiza si se trata de una tormenta eléctrica. AEMET señala que España recibe un promedio de 1.300.000 rayos anuales y una gran parte de ellos se generan entre los meses estivales, de junio a septiembre.
Si una tormenta se desata, lo más conveniente es parar en un sitio seguro, como una vía de servicio, informar a quien nos espere que nos hemos detenido y aguardar a que remita. Sin embargo, en ocasiones no es posible detener el vehículo, con lo que no queda más antídoto que proseguir conduciendo. En un caso así lo mejor es decantarse por circular con calma, el asfalto mojado y la gran velocidad no son buena combinación.
Visibilidad reducida
Generalmente a lo largo de una tormenta la visibilidad se reduce, con lo que, de nuevo hay que circular con cautela y atentos a todo. Encienda las luces y hágase ver. Con la carretera mojada es recomendable ampliar la distancia de seguridad para eludir choques. Cuidado con las frenadas largas puesto que van a hacer que el vehículo resbale, sobretodo en las curvas. Es conveniente frenar poquito a poco en vez de pisar a fondo el pedal.
El vehículo es un sitio seguro para resguardarse de los rayos
Si se trata de una tormenta eléctrica, no tema, puesto que el turismo es un sitio segurísimo para protegiese de los rayos. Primeramente las ruedas de goma aislan el turismo del suelo, con lo que la corriente no hallará en el vehículo un sitio por el que lograr la tierra. Seguidamente, la carrocería del vehículo es conductora de la corriente eléctrica. De ser alcanzada por un rayo, la carga eléctrica se distribuirá por toda la superficie metálica mas no logrará penetrar en el interior. Si no se tocan las partes metálicas de la cabina, los pasajeros van a estar de forma perfecta seguros. Es lo que es conocido como Jaula de Faraday. Que los ocupantes no padezcan daños no desea decir que el vehículo salga indemne, puesto que la electrónica de a bordo y la pintura, en el sitio del impacto, van a quedar con seriedad perjudicadas.
El vehículo a punto
Desde EuroTaller llegan una serie de consejos sobre mantenimiento del vehículo que dejarán hacer el viaje de forma segura:
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Limpiaparabrisas. Es esencial que las escobillas limpiaparabrisas estén en perfectas condiciones, puesto que si la goma está gastadas, no van a barrer apropiadamente la luna y retirar el agua va a ser una labor más bastante difícil. Si se circula bajo una tormenta intensa y el agua no se desocupa apropiadamente, la visibilidad se va a ver con seriedad perjudicada.
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Sistema de iluminación. Las tormentas oscurecen el día con lo que ver y ser vistos se vuelve esencial. Si el sistema de ilmunación del vehículo no marcha apropiadamente, puede ponerse en riesgo a sí mismo y al esto de usuarios de la vía. Puede meditar que las lámparas lucen apropiadamente, mas quizás estén marchando con una iluminación inferior debido al desgaste y el correr del tiempo. Una visita al taller va a bastar para asegurarse de que el vehículo alumbra como debe.
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Neumáticos. Con la lluvia el firme se moja y la adeherencia de las ruedas reduce. Unos neumáticos gastados van a hacer un flaco favor al conductor, puesto que no responderán bien en esta situación de bajo rozamiento. Si el dibujo de los neumáticos ha disminuido es señal de que toca un cambio de ruedas.
Durante las tormentas probablemente se desate una granizada. La caída de estas bolas de hielo puede causar daños y afectar a la conducción de forma esencial debido a diferentes factores:
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Imprevisible. El granizo no está ligado a una estación específica, sino su aparición puede darse en cualquier temporada del año y, en consecuencia, asombrar a los conductores.
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Reduce la adherencia. El hielo y la conducción no se llevan bien. Conducir por una carretera llena de granizo va a hacer que el vehículo pierda adherencia en comparación con firme con lo que va a deber supervisar la velocidad y frenar con cautela, esto es, hacerlo lo más recto posible y eludir frenar en las curvas.
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Visibilidad. De forma afín a las tormentas, el granizo reduce la visibilidad del ambiente. Ver y hacerse ver es esencial para no padecer un accidente.
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Ruido. El sonido provocado por el granizo puede ser intensísimo y ligado a la preocupación por los posibles daños en el automóviles, el conductor puede distrarse de la conducción. Lo mejor en esta situación es no preocuparse, intentar ignorar el estruendos y tener claro que, en general, el granizo no va a poder romper la luna del vehículo.
Como con cualquier tormenta, lo mejor es detenerse en sitio seguro y aguardar a que el granizo amaine. Mientras, conduzca con cautela, sea siendo consciente del ambiente, aumente la distancia de seguridad y no se sobrepase con la velocidad.
Lo mejor para circular seguros, es conducir con cautela.